Este año aprovechamos las vacaciones de verano para que Fer nos hiciera de guia en el Naranjo de Bulnes. Llevábamos tiempo con ganas de subirnos por esas plaquitas y no podíamos dejar pasar otro año sin probarlo.
Todo empezó el día 25 de agosto, Kike, Nacho y yo salimos hacia el norte y para no pegarnos la paliza de coche, hicimos una parada de un día en las paredes de Gama (Palencia) para darle un poco a la deportiva y conocer la zona. La escuela está bien pero tuvimos mala suerte e hizo demasiado calor.
El día 26, tras una noche en un camping de Aguilar de Campoo (con su correspondiente parrillada), partimos hacia Arenas de Cabrales donde habíamos quedado con Fer.
Llegamos pronto y tuvimos que tomarnos unas sidriñas para no hacer el feo. Después de comer, dejamos el coche en el collado de Pandébano, e iniciamos la ascensión hacia el Picu. Después de la caminata, llegamos al refugio 30 minutos tarde y los amables encargados nos permiten cenar unas exquisitas raciones...
El sábado 27 nos vamos a la cara este para tomar contacto con este paredón, que visto desde pie de vía es más espectacular de lo que esperábamos.
La vía elegida es la Martinez-Somoano. Hacemos dos cordadas: Fer-Nacho-Oneka y Kike-Yo.
Los largos son muy disfrutones y alguno de ellos bastante psicológico por ser la primera vez que estamos en esta pared y porque no siempre es fácil encontrar buenos emplazamientos para los cacharros. Eso sí, la roca es de una calidad excepcional, salvo el último largo que es común a varias vías y está un poco lavado.
Kike y yo nos vamos turnando los largos y lo vamos sacando todo más o menos bien. Disfrutamos mucho de todos los largos.
Por su parte, la cordada de Nacho-Fer-Oneka, va como un tiro y pronto llegan a la última reunión, después de arrastrase por el conocido agujero para pasar a la cara sur.
La vía elegida es la Martinez-Somoano. Hacemos dos cordadas: Fer-Nacho-Oneka y Kike-Yo.
Los largos son muy disfrutones y alguno de ellos bastante psicológico por ser la primera vez que estamos en esta pared y porque no siempre es fácil encontrar buenos emplazamientos para los cacharros. Eso sí, la roca es de una calidad excepcional, salvo el último largo que es común a varias vías y está un poco lavado.
Kike y yo nos vamos turnando los largos y lo vamos sacando todo más o menos bien. Disfrutamos mucho de todos los largos.
Por su parte, la cordada de Nacho-Fer-Oneka, va como un tiro y pronto llegan a la última reunión, después de arrastrase por el conocido agujero para pasar a la cara sur.
Ya con prisas, para que no se haga de noche, subimos trepando hasta la cumbre para descubrir mucha niebla por debajo de nosotros y que se habían llevado a la virgen...
Celebramos que hemos llegado a lo más alto y nos ponemos en marcha para rapelar por la cara sur y volver al refu para la cena. La niebla hace que nos mojemos, pero esa noche cenamos unas ricas lentejas que le pasaron buena factura a Fer.
Después de este buen aperitivo, nos levantamos al día siguiente para enfrentarnos a la cara oeste.
Como contamos con la compañía de José, las cordadas que hacemos son: José-Nacho-Yo y Fer-Oneka-Kike.
La vía elegida es la Sagitario, la más asequible de la cara oeste, pero que impresiona solo con verla de lejos.
El primer largo (6a) me lo doy yo y consigo encadenarlo no sin dejarme en él casi todo lo que llevaba dentro. Es un buen comienzo de lo que teníamos por delante.
El resto de largos son bastante duros y muy psicológicos. En mi cordada, José y Nacho van como un tiro y yo, que tengo el hombro izquierdo lesionado y el coco regular, me dejo subir y hago solo de primero el último largo que es facilito.
Por su parte, en la otra cordada, Fer sube haciendo de tripas corazón (nunca mejor dicho), Oneka se impacienta y Kike se pega de primero un largo que pone a prueba sus nervios de acero y que encadena aunque se queda sin cintas, je, je.
Llegamos a los Tiros de la Torca y tras reponer fuerzas iniciamos el descenso rapelando por la propia vía. (Como veis en la segunda foto, Fer necesitaba hidratarse...)
Celebramos que hemos llegado a lo más alto y nos ponemos en marcha para rapelar por la cara sur y volver al refu para la cena. La niebla hace que nos mojemos, pero esa noche cenamos unas ricas lentejas que le pasaron buena factura a Fer.
Después de este buen aperitivo, nos levantamos al día siguiente para enfrentarnos a la cara oeste.
Como contamos con la compañía de José, las cordadas que hacemos son: José-Nacho-Yo y Fer-Oneka-Kike.
La vía elegida es la Sagitario, la más asequible de la cara oeste, pero que impresiona solo con verla de lejos.
El primer largo (6a) me lo doy yo y consigo encadenarlo no sin dejarme en él casi todo lo que llevaba dentro. Es un buen comienzo de lo que teníamos por delante.
El resto de largos son bastante duros y muy psicológicos. En mi cordada, José y Nacho van como un tiro y yo, que tengo el hombro izquierdo lesionado y el coco regular, me dejo subir y hago solo de primero el último largo que es facilito.
Por su parte, en la otra cordada, Fer sube haciendo de tripas corazón (nunca mejor dicho), Oneka se impacienta y Kike se pega de primero un largo que pone a prueba sus nervios de acero y que encadena aunque se queda sin cintas, je, je.
Llegamos a los Tiros de la Torca y tras reponer fuerzas iniciamos el descenso rapelando por la propia vía. (Como veis en la segunda foto, Fer necesitaba hidratarse...)
Con la moral por las nubes por haber hecho una vía de la cara oeste del Naranjo, llegamos al refu (a tiempo de cenar) y celebramos dos días de escalada espectacular en una de las paredes más espectaculares que jamas subiremos.
A la mañana siguiente, recogemos, agradecemos su dedicación y saber hacer a Fer y José, nos despedimos de Oneka y decimos un "hasta luego" al Picu.
Hay dos cosas seguras: que lo pasamos genial y que VOLVEREMOS!!!
Muchas gracias al Naranjo por respetarnos y dejarnos escalarlo dos días seguidos.
Espero haber sabido expresar lo bien que lo pasamos y que os animéis a visitar el Picu en cuanto tengáis ocasión.
Go Climb a Rock!!!
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